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El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ha anunciado esta mañana la aprobación de una medida que ya adelantó ayer el primer ministro: El Consejo de Ministros ha aprobado autorizar a los prefectos a que decreten el toque de queda cuando lo crean necesario. Se trata de una “decisión de principio”, según ha dicho Sarkozy, para frenar una oleada de violencia sin precedentes desde el mítico mayo del 68. El Consejo de Ministros se ha reunido de forma extraordinaria, adelantándose un día a lo habitual, para poner en marcha esta medida, que podrá comenzar a aplicarse mañana mismo. Con esta decisión se activa una medida contemplada en la ley de abril de 1955 sobre el estado de emergencia, que se adoptó durante la guerra de independencia de Argelia.
El presidente francés, Jacques Chirac, ha emitido un comunicado en el que informa de la decisión de recurrir a los toques de queda, que considera "necesaria para acelerar el regreso a la calma", y ha pedido que sea aplicada “lo antes posible”. Será mañana, una vez publicada la medida en el diario oficial, cuando pueda ponerse en práctica. Según el comunicado, "en las zonas que serán definidas por decreto, los prefectos dispondrán de competencias reforzadas para asegurar el mantenimiento del orden y podrán en particular imponer un toque de queda para prevenir la violencia urbana". No obstante, subraya la “primacía de la ley”, por lo que llama a que las medidas excepcionales sean aplicadas “en espíritu de responsabilidad y respeto”.
Entre esas medidas excepcionales se encuentra también la posibilidad de llevar a cabo registros en casas sin orden judicial durante 12 días siempre que exista la sospecha de que puedan encontrarse armas.
Además, el ministro del Interior reunirá hoy a los prefectos de las siete zonas de defensa en que está dividido el país para coordinar la puesta en práctica de las medidas aprobadas hoy. En virtud de la evolución de los acontecimientos, "velaremos por la aplicación selectiva" del decreto en "parte del territorio nacional", ha dicho Sarkozy, resumiendo la política del Gobierno en tres palabras: "firmeza, sangre fría y mesura". Mientras, el presidente reunirá de nuevo a su Gobierno el viernes para analizar otras posibles medidas y para estudiar un proyecto de ley que permita prorrogar esta ley de emergencia, que actualmente sólo tiene una vigencia de 12 días.
Otra noche de disturbios
No obstante, el anuncio de que se iba a recurrir a los toques de queda, realizado anoche en el telediario de máxima audiencia por Villepin, no ha servido, al menos de momento, para detener la ola de violencia. La de hoy ha sido la duodécima noche de violentos disturbios. Según el último balance establecido por la policía a primera hora de la mañana, 1.173 vehículos han sido incendiados, entre ellos varios autobuses, y se han practicado 330 detenciones. Además, las bandas de jóvenes han arrasado varios locales, entre ellos cinco escuelas de la ciudad de Lille, que ha sido una de las más afectadas por los disturbios. Además, una docena de policías han resultado heridos leves, según las mismas fuentes. Aunque las fuerzas del orden han sido objeto de nuevo de disparos con armas de perdigones, esta vez ninguno de los agentes ha sido alcanzado.
Como en noches precedentes, Sarkozy se ha desplazado a varios escenarios por la periferia de París para manifestar su apoyo a los policías y bomberos que estaban lidiando con los altercados en el terreno. Sarkozy ha justificado la acción policial porque "no hay opción", ya que las alternativas son "el orden republicano o el orden de las bandas. Hace treinta años que se tolera un cierto número de cosas. No se puede tolerar".
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