(Artículo publicado en el diario lavozdesalamanca el 4 de Septiembre de 2006)
Es curioso que a pesar de pasar la mayor parte de mi tiempo apilonado entre cantidades ingentes de información, periódicos, blogs, artículos, ensayos, leyes.....sea mediante anécdotas personales cuando uno se plantea si el prisma con el cual ve el mundo es correcto.
Los que me conocen un poco sabrán que he sido y soy, una mosca cojonera, por naturaleza, sin buscarlo demasiado, qué quieren, soy así. Soy un anti-militante por excelencia, no me trago ruedas de molinillo aunque me las lance, cual juego de la rana, alguien que se supone “de los míos”. Ya ven, creyendo en el bien común, en eso de que la gente, (a la que antes llamaba “pueblo” y ahora “ciudadanos”) se moviliza por lo que le interesa, por mantener sus libertades. La masa no existe, te repites, eso es mentira, la gente no es tan tonta, la gente se informa y toma decisiones responsables. Luego de repente, una bofetada de fría realidad te devuelve al suelo, y te hace ver. Te hace ver que siempre, fuera la trinchera que fuera, estabais cuatro. Erais cuatro los comunistas, erais cuatro los renegados, erais cuatro los renegados de los renegados, y finalmente los anti-militantes ya no sois cuatro...sois dos, somos dos. Buenos, muy buenos, probablemente los mejores, pero dos. Lanzando nuestras proclamas al viento, nuestro “sí a la libertad”, nuestro canto contra esa masa uniforme que creíamos inexistente...
Finalmente, nuestras proclamas no eran proclamas, eran milongas.
Sí existe señores, sí existe la masa, la tienen ahí en su salón, es su hijo, es su padre, su hermano, su compañero, eso es la masa. Sí, señora, la masa es usted. Realmente es donde se vive calentito, en el regazo de las colectividades. Resguardado del frío viento que el desempeño de la individualidad comporta. ¿Saben qué? Las grandes manifestaciones no son símbolo de valentía. Esas movilizaciones contra la guerra y contra la LOU no son expresiones de la voluntad popular, clamores sociales, y milongas........no. Tengo en mente la imagen de un chaval, enfrente de una embajada, creo que la iraní, con un cartel en defensa de los derechos humanos....¡¡Un chaval!!. No se muy bien qué es lo que pedía, ni si militaba en algún sitio ni nada. Pero la imagen me produce un profundo respeto. Al tío no le parece bien algo, se hace su cartel, coge su silbato y se va a protestar...solo, a la intemperie... Era un valiente.
Y no señores...valientes hay muy pocos, pero muy muy pocos. No, no, no se engañe, su amigo progre probablemente tampoco, ¿su hijo el del palestino? Siento desilusionarle, pero apostaría un yen a que tampoco. El que vive bien es el que vive sin vivir en él, el que vive abducido por el “deber hacer”. A mayores cantidades de auto-censura, mayor cantidad de bienestar. ¿Se creen todavía lo del clamor contra el nazismo o el franquismo? Por favor, en Alemania la gente vivía tan a gusto....la gente “normal” quiero decir. Total, con hacer un par de concesiones bastaba, renunciabas a tu religión y a tus creencias y listo. “Mari Pili, que dicen que estos persiguen a los judíos, joe que mal, uff, como se pasan, por cierto a quién votarás? Yo a los de Adolf, si total hija, van a salir igual....”. Como estamos jugándonos yenes, me juego otro (solo me quedan dos mas, así que andaré con cuidado en las apuestas) a que la gran mayoría de los alemanes hubiera votado por Hitler (otra vez) en caso de elecciones antes de la guerra. Seguro, 100%, tan seguro como que en los 60 en España Franco hubiera ganado unas elecciones de calle. ¿Y por qué? Aiss....yo que se...es que se está tan calentito...
Y mientras tanto, la misma historia, siempre el alemán de ojos azules y rubio, que le da por decir que eso de marcar con estrellas de David los comercios judíos no está bien....un valiente. Y los valientes, como el pájaro que vuela, acaban en la cazuela.
La gente, esa gente por la que tanto hemos intentado luchar algunos, no quiere más información, no quiere más libertad, no quiere una mierda, lo que quiere es que la dejen en paz, y sí, van a estar siempre con el poderoso, porque así funciona esto. No es que sean malos, o unos imbéciles, no, es que así funciona la psique humana, al menos la de las personas “normales”. Y miren, voy a permitirme una licencia, y voy a considerarme un valiente, pero un valiente cada vez más desengañado. Consciente de que somos una tremenda minoría.
Y de que somos unos gilipollas. Con lo a gusto que viven los conformistas, los “bah, bueno”, los “NS/NC”, a algunos se nos ocurre, la tremenda imbecilidad de informarnos, formar opiniones, y protestar cuando creemos que algo no está bien....lo dicho, somos unos gilipollas. Y además de gilipollas, infelices, porque sí, lo confieso....lo estoy dejando, estoy desengañado, no creo en la gente...pero uno está hecho de ese material raro por el que cuando ve una injusticia o un recorte de libertades se le encoge el estómago en un puño...y cuando ve, que todo eso está avalado, no con el apoyo, sino con la indiferencia de la masa (recuerde, su hermano, su primo, su cuñado...), entonces ya no puede evitar que el estómago, imperceptiblemente, se le escape a uno por la boca, junto con la ilusión, la valentía, e incluso las galletas del desayuno.
Y sí, señora no insista más, masa es usted.
